Cuando “calidad” y “eficiencia” son dos de tus principales objetivos, la mejora continua es una herramienta indispensable para seguir avanzando. Por eso, en ORAN siempre hemos seguido los principios de “lean manufacturing” y la “metodología Toyota”.
Después de más de 80 años profundizando en la mejora de procesos, cabría pensar que la capacidad de optimización de una empresa es ya muy reducida. Pero se trata de una sensación anecdótica. Solo se mantiene hasta que un cambio de perspectiva te permite observar los procesos en mayor profundidad.
En ese sentido, normas como la IATF 16949 solo pueden traer buenas noticias. Confirman que nuestras metodologías están al día. Garantizan que nuestra ingeniería de procesos es sólida. Y, a veces, nos dan pistas sobre detalles que merece la pena revisar desde una nueva perspectiva.
La mejora continua en el sector de la automoción
Sin embargo, la IATF es mucho más que una norma de calidad desarrollada por los principales fabricantes de vehículos. Es una certificación especialmente diseñada para mejorar la satisfacción del cliente, y muy enfocada hacía la garantía del suministro. Su implantación nos ha permitido instaurar un sistema basado en la detección de riesgos y problemas previo a la producción.
De este enfoque, surgen las dos ventajas más destacables de operar bajo la norma:
Reconocimiento y confianza del cliente
Derivado de la garantía de que nuestros métodos de trabajo cumplirán sin ningún problema con los requisitos de calidad exigidos. Lo cual certifica que las piezas suministradas cumplen con las CSR (Customer Specifications Requirements) de cada fabricante. Esta confianza está fuertemente consolidada gracias a la utilización de un lenguaje común, internacional, reconocido y estandarizado.
Máxima eficiencia y eliminación de errores en la producción
Algo que sin duda es una ventaja para nuestros clientes. Aunque quizá aún más para nosotros mismos, al desaparecer el tiempo dedicado a producir piezas imperfectas.
Y es que, a pesar de estar históricamente orientados a la calidad y la mejora de procesos (contamos con la certificación ISO 9001 desde 2004), la llegada de la IATF supuso un cambio cultural en nuestra producción. Muy pronto descubrimos que se trataba de una norma concisa y práctica. Su implantación nos guiaría hacia una transformación esencial para aportar valor en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
La introducción de gestión por indicadores, formación de grupos de trabajo multidisciplinares y personal altamente cualificado nos hizo más competitivos. No solo eso, nos ha permitido tener en cuenta todos los puntos de vista a la hora de producir. Pero también ha hecho posible el desarrollo de documentos que guían todos los procesos de la empresa. Por ejemplo, nuestro propio manual de gestión empresarial digitalizado (no solo de calidad como exige la norma).
A punto de cumplirse 2 años desde la implantación de la norma, el balance desde ORAN es excelente. Nuestro enfoque empresarial «siempre hacia delante» ha sido el marco perfecto para acoger debidamente la certificación. Su orientación a mejorar la eficiencia de procesos de producción específicos del sector automovilístico supone un avance sustancial para todos. Y en defintiva, nos ha convertido en una organización con un modelo de gestión estandarizado totalmente enfocado a la mejora continua, la eficacia y la eficiencia.